La mascota del Mundial de Brasil, es un animal real y entrañable: un armadillo bolita que lucha contra la extinción. Pero hasta ahora la Copa no le está ayudando mucho. Fuleco no ha sido utilizado en ningún discurso ambiental, no dice que está en peligro de extinción. Muchos ni saben que Fuleco es un armadillo. La FIFA autoriza a empresas vender productos con la imagen de Fuleco, pero ni una pequeña parte de ese dinero va a la protección de la especie. Rel.
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