La Autoridad francesa de la Competencia ha impuesto una multa de 444 millones de euros a las farmacéuticas Novartis, Roche y Genentech por "prácticas abusivas" destinadas a aumentar sus beneficios. Las tres compañías aprovechaban su "posición dominante colectiva" para promover la venta de Lucentis, un fármaco para tratar la degeneración macular asociada con la edad (DMAE), en lugar de Avastin, un tratamiento competidor que es 30 veces más barato, ha indicado el organismo en un comunicado.
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Y pocos me parecen para ser un país serio como Francia. Aquí ya estaría la artillería mediática de los sicarios a sueldo de la fascistada hablando de excesos bolivarianos y comunistas.
El criterio que debería seguirse, por ejemplo, en nuestro país debería ser como el que sigue hacienda con los defraudadores. La multa tendría que ser igual a lo recaudado más recargos en función de la gravedad de la irregularidad cometida y recargos temporales hasta la liquidación de la misma.
Con ese sencillo criterio se acababan las gilipolleces, los mamoneos, las mamandurrias y las tonterías.