Un capitán de barco galés recordado en la Costa Blanca española por su rescate de más de 2500 refugiados republicanos en los últimos días de la Guerra Civil española será homenajeado por primera vez en su Cardiff natal. TRADUCCIÓN EN EL PRIMER COMENTARIO.
#1:
TRADUCCIÓN: A pesar de salvar las vidas de 2638 personas durante los días finales de la Guerra Civíl Española, el nombre del capitán de navio Archibald Dickson es prácticamente desconocido en Cardiff, su ciudad natal.
Pero a 76 años de su acto de valentía entre un Alicante en caos, la población de la capital galesa se reunirá este domingo 12 de abril para un servicio memorial largamente postergado.
El 29 de marzo de 1939, hasta 30.000 partidarios de la derrotada República española y sus familias se congregaron en el puerto de Alicante, con la esperanza de huír de España y de las ya cercanas tropas del general Franco.
Por desgracia para ellos, un bloqueo a cargo de destructores italianos impidió la llegada de la práctica totalidad de los buques de rescate. Solo un navío suficientemente grande como para embarcar un número significativo de gente consiguió atravesarlo: el vapor SS Stanbrook, capitaneado por Dickson.
No parece, sin embargo, que Dickson, de 47 años de edad, tuviera ninguna motivación política para su acción. Había llegado a Alicante para recoger una lucrativa carga de azafrán y narangas. Pero a medida que llegaba más y más gente las autoridades portuarias le rogaron que llevase todas las personas que pudiera a Argelia. Tras ver las escenas de caos y desesperación, accedió a dejar el azafrán en los muelles y subir en su lugar a los refugiados.
Siendo un buque de carga de apenas 230 pies de eslora, el Stanbrook tenía espacio para apenas su tripulación de 24 personas. Sin embargo, pronto habría muchos centenares, sino miles, haciendo cola para abordar el buque.
Según el historiador Juan Martínez Leal, después de que los aduaneros dejasen pasar ordenadamente a 900 refugiados, hubo un ataque de pánico inesperado, provocado por los rumores de que un ataque aéreo alemán o italiano (aliados de Franco) era inminente.
Dickson consideró separar el barco de la pasarela que lo unía al muelle, pero eso habría conllevado tirar a muchos refugiados al agua. En lugar de ello, permitió que subieran 2.638 personas a bordo.
“Solo tenía cuatro años, pero todavía recuerdo al capitán Dickson recibiéndonos a medida que cruzábamos la pasarela”, contó Helia González, hija de un prominente partidario de la derrotada República.
“Agarraba la mano de mi madre, y él me levantó, me besó en la mejilla y me dejó en la cubierta. Para mí, en ese viaje, el capitán era como un dios. Donde iba, siempre miraba donde estába él, porque pensaba que si él estaba allí, entonces todo iba bien”.
Diez minutos después de zarpar, aparecieron aviones fascistas en el cielo. El sonido de las explosiones envolvió el puerto de Alicante, y dos bombas cayeron a popa del “Stanbrook”, causando pánico a bordo cuando los pasajeros se arremolinaron en un lado del barco, haciendo que este se inclinase alarmentemente. Las condiciones eran terribles, con los refugiados hacinados en todos los rincones; la mayoría de ellos apenas llevaba una muda de ropa.
“Logramos sentarnos en el techo curbado de un baul de madera al lado de la chimenea”, cuenta Helia González”. Había un baño al lado de nosotros, pero no se podía usar porque un montón de gente se había metido dentro para mantenerse caliente. Parecían gusanos, las cabezas contra los pies, apiñados en el suelo.
Después de 22 horas, llegaron a Oran, en la Argelia francesa, pero el viaje todavía no había terminado. Las autoridades coloniales francesas les negaron el permiso de desembarco. Después de que el capitán Dickson desembarcase para negociar, admitieron que las mujeres, los niños, los ancianos y los heridos desembarcasen, pero los hombres debieron permanecer a bordo durante un mes entero. Incluso después, su sufrimiento no había terminado: muchos de ellos fueron internados en campos de concentración.
Aunque la familia González pudo volver a España en 1949 (gracias, dice Helia, a la ayuda de un cura agradecido al que su padre había salvado durante la guerra), bajo la dictadura de Franco no pudieron hablar abiertamente de lo que habían vivido a bordo del “Stanbrook”. Después del retorno de la democracia, no había muchas ganas por parte de las autoridades por recordar el pasado. La primera placa conmemorando los refugiados y el papel de Alicante como última ciudad que cayó ante las tropas franquistas, fue inaugurada en el puerto el año pasado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
La propia familia de Archibald Dickinson no supo prácticamente nada sobre el heroísmo de Archibald hasta hace unos pocos años. En noviembre de 1939, seis meses después de volver de Argelia, el “Stanbrook” fue torpedeado por un submarino nazi y toda la tripulación, incluyendo su capitán, murió ahogada, llevándose la historia con ellos.
El hijo del capitán Dickinson, Arnold, de 80 años de edad, todavía se emociona cuando habla del momento en el que se dio cuenta por primera vez de cuanto significaba el nombre de su padre para muchos españoles. Él y su hermana, Dorothy Richardson, visitaron Alicante en 2009 para una ceremonia de homenaje al “Stanbrook” y fueron, dice, “adorados”.
“Me sentí muy humilde”, dijo. “Habría unas 3.000 personas allí. Querían agradecer a mi padre, pero él no estaba allí, así que nosotros éramos la única manera en la que podían expresar su gratitud. Conocí a dos hermanas que me dijeron que no estarían allí de no ser por mi padre”.
Mientras la última generación que recuerda la Guerra Civil española va desapareciendo, se vuelve más fácil para los hijos de los derrotados recordar a sus héroes, y a aquellos que perdieron sus vidas. Desde 2011 hay, al menos oficialmente, una calle en Alicante dedicada al “Stanbrook”, aunque todavía no aparece en la mayoría de los mapas.
Un día, confían los supervivientes, Archibald Dickson recibirá un honor similar. Y este fin de semana, recibirá su primer homenaje en su tierra, cuando una placa en su honor se desvele en la Mansion House de Cardiff. El evento ha sido organizado por el International Brigade Memorial Trust, que tiene como misión manener viva la memoria de las mujeres y hombres de Gran Bretaña e Irlanda que se ofrecieron voluntarios para defender la democracia y luchar contra el fascismo en España entre 1936 y 1939.
Mientras tanto, para unos pocos ancianos, que eran muy jóvenes al final de la Guerra Civil, ningún homenaje a este capitán galés podrá nunca devolver la deuda que sienten hacia él.
#2:
La historia, que es tremenda, la cuenta muy bien el cómic "Los surcos del azar", de Paco Roca: en el "Stanbrook" iban varios militares republicanos que, en 1944, liberaron París formando parte de La Nueve, la 9a compañía de la División Blindada del general Leclerc.
#7:
#3 No seas populista, eso sería reabrir viejas heridas.
Mejor mantener las estatuas, cruces y mausoleos franquistas, para así recordar nuestra Historia y que no vuelva a pasar.
Que no vuelva a pasar lo de tener un gobierno republicano de izquierdas, me refiero.
TRADUCCIÓN: A pesar de salvar las vidas de 2638 personas durante los días finales de la Guerra Civíl Española, el nombre del capitán de navio Archibald Dickson es prácticamente desconocido en Cardiff, su ciudad natal.
Pero a 76 años de su acto de valentía entre un Alicante en caos, la población de la capital galesa se reunirá este domingo 12 de abril para un servicio memorial largamente postergado.
El 29 de marzo de 1939, hasta 30.000 partidarios de la derrotada República española y sus familias se congregaron en el puerto de Alicante, con la esperanza de huír de España y de las ya cercanas tropas del general Franco.
Por desgracia para ellos, un bloqueo a cargo de destructores italianos impidió la llegada de la práctica totalidad de los buques de rescate. Solo un navío suficientemente grande como para embarcar un número significativo de gente consiguió atravesarlo: el vapor SS Stanbrook, capitaneado por Dickson.
No parece, sin embargo, que Dickson, de 47 años de edad, tuviera ninguna motivación política para su acción. Había llegado a Alicante para recoger una lucrativa carga de azafrán y narangas. Pero a medida que llegaba más y más gente las autoridades portuarias le rogaron que llevase todas las personas que pudiera a Argelia. Tras ver las escenas de caos y desesperación, accedió a dejar el azafrán en los muelles y subir en su lugar a los refugiados.
Siendo un buque de carga de apenas 230 pies de eslora, el Stanbrook tenía espacio para apenas su tripulación de 24 personas. Sin embargo, pronto habría muchos centenares, sino miles, haciendo cola para abordar el buque.
Según el historiador Juan Martínez Leal, después de que los aduaneros dejasen pasar ordenadamente a 900 refugiados, hubo un ataque de pánico inesperado, provocado por los rumores de que un ataque aéreo alemán o italiano (aliados de Franco) era inminente.
Dickson consideró separar el barco de la pasarela que lo unía al muelle, pero eso habría conllevado tirar a muchos refugiados al agua. En lugar de ello, permitió que subieran 2.638 personas a bordo.
“Solo tenía cuatro años, pero todavía recuerdo al capitán Dickson recibiéndonos a medida que cruzábamos la pasarela”, contó Helia González, hija de un prominente partidario de la derrotada República.
“Agarraba la mano de mi madre, y él me levantó, me besó en la mejilla y me dejó en la cubierta. Para mí, en ese viaje, el capitán era como un dios. Donde iba, siempre miraba donde estába él, porque pensaba que si él estaba allí, entonces todo iba bien”.
Diez minutos después de zarpar, aparecieron aviones fascistas en el cielo. El sonido de las explosiones envolvió el puerto de Alicante, y dos bombas cayeron a popa del “Stanbrook”, causando pánico a bordo cuando los pasajeros se arremolinaron en un lado del barco, haciendo que este se inclinase alarmentemente. Las condiciones eran terribles, con los refugiados hacinados en todos los rincones; la mayoría de ellos apenas llevaba una muda de ropa.
“Logramos sentarnos en el techo curbado de un baul de madera al lado de la chimenea”, cuenta Helia González”. Había un baño al lado de nosotros, pero no se podía usar porque un montón de gente se había metido dentro para mantenerse caliente. Parecían gusanos, las cabezas contra los pies, apiñados en el suelo.
Después de 22 horas, llegaron a Oran, en la Argelia francesa, pero el viaje todavía no había terminado. Las autoridades coloniales francesas les negaron el permiso de desembarco. Después de que el capitán Dickson desembarcase para negociar, admitieron que las mujeres, los niños, los ancianos y los heridos desembarcasen, pero los hombres debieron permanecer a bordo durante un mes entero. Incluso después, su sufrimiento no había terminado: muchos de ellos fueron internados en campos de concentración.
Aunque la familia González pudo volver a España en 1949 (gracias, dice Helia, a la ayuda de un cura agradecido al que su padre había salvado durante la guerra), bajo la dictadura de Franco no pudieron hablar abiertamente de lo que habían vivido a bordo del “Stanbrook”. Después del retorno de la democracia, no había muchas ganas por parte de las autoridades por recordar el pasado. La primera placa conmemorando los refugiados y el papel de Alicante como última ciudad que cayó ante las tropas franquistas, fue inaugurada en el puerto el año pasado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
La propia familia de Archibald Dickinson no supo prácticamente nada sobre el heroísmo de Archibald hasta hace unos pocos años. En noviembre de 1939, seis meses después de volver de Argelia, el “Stanbrook” fue torpedeado por un submarino nazi y toda la tripulación, incluyendo su capitán, murió ahogada, llevándose la historia con ellos.
El hijo del capitán Dickinson, Arnold, de 80 años de edad, todavía se emociona cuando habla del momento en el que se dio cuenta por primera vez de cuanto significaba el nombre de su padre para muchos españoles. Él y su hermana, Dorothy Richardson, visitaron Alicante en 2009 para una ceremonia de homenaje al “Stanbrook” y fueron, dice, “adorados”.
“Me sentí muy humilde”, dijo. “Habría unas 3.000 personas allí. Querían agradecer a mi padre, pero él no estaba allí, así que nosotros éramos la única manera en la que podían expresar su gratitud. Conocí a dos hermanas que me dijeron que no estarían allí de no ser por mi padre”.
Mientras la última generación que recuerda la Guerra Civil española va desapareciendo, se vuelve más fácil para los hijos de los derrotados recordar a sus héroes, y a aquellos que perdieron sus vidas. Desde 2011 hay, al menos oficialmente, una calle en Alicante dedicada al “Stanbrook”, aunque todavía no aparece en la mayoría de los mapas.
Un día, confían los supervivientes, Archibald Dickson recibirá un honor similar. Y este fin de semana, recibirá su primer homenaje en su tierra, cuando una placa en su honor se desvele en la Mansion House de Cardiff. El evento ha sido organizado por el International Brigade Memorial Trust, que tiene como misión manener viva la memoria de las mujeres y hombres de Gran Bretaña e Irlanda que se ofrecieron voluntarios para defender la democracia y luchar contra el fascismo en España entre 1936 y 1939.
Mientras tanto, para unos pocos ancianos, que eran muy jóvenes al final de la Guerra Civil, ningún homenaje a este capitán galés podrá nunca devolver la deuda que sienten hacia él.
La historia, que es tremenda, la cuenta muy bien el cómic "Los surcos del azar", de Paco Roca: en el "Stanbrook" iban varios militares republicanos que, en 1944, liberaron París formando parte de La Nueve, la 9a compañía de la División Blindada del general Leclerc.
Otra vez aparece en el relato el ignominioso trato dado por Francia a los refugiados republicanos. Esos que luego ayudarían a liberarles de los nazis. Afortunadamente Francia sí ha reconocido su labor posteriormente mientras que la madrastra España sigue sin darles el merecido homenaje.
#4 En realidad en Francia, al igual que en la España preguerra, había un caos político de narices. En gobierno del Frente popular liderado por León Blum ayudó lo que pudo a la República, por lo bajini, porque de hacerlo en público hubiera sido derrotado por los radicales y por la derecha, aparte de ganarse la enemistad de toda europa y sobre todo de Reino Unido, que les presionaba constantemente. Pero se vendieron armas, se enviaron asesores militares, se permitió el paso de las brigadas internacionales, etc. En 1938 llegan al gobierno los del partido radical socialista de Dadalier que, aunque se vendían como de centro-izquierda, fueron un desastre buscando acercamientos con el nazismo para evitar la guerra. La mayoría de problemas que se mencionan sobre la oposición y hostilidad francesa hacia la República española vienen de esta etapa de Dadalier (1938-39). Aparte había gobiernos locales a donde llegaron los refugiados controlados por la derecha, y el ejército francés y policía de la época no se nutría precisamente de gente muy amante de los republicanos... Ya tenían problemas con los comunistas franceses. De hecho luego muchos colaboraron con los nazis. Pero hablar de toda Francia en conjunto sería un poco injusto.
#16 Si, pero fueron demasiado timoratos en la ayuda a la República española en guerra con el fascismo y luego les pasó a ellos lo que les pasó. Pero el verdadero culpable como tú bien dices fue el Reino Unido.
#8 Lo de alicante y el PP es que es increible. Por no hablar de la pasividad de los locales a la lenta pero inexorable eliminación de todo lo que sea "valenciano".
#11 Entiendo que te votan negativo porque interpretan que consideras a este tío un mindundi o algo así. No sé si tu comentario va por ahí, pero el caso es que tienes más razón que un santo.
Por desgracia, la realidad en este régimen, es que se rinde más honores a a los heroes de la república en francia que en el propio estado español.
Por el contrario tenemos que aguantar exaltaciones de la dictadura a diario. Detalles como contar bolas a los niños de que ciertos artistas se fueron de viaje en lugar de al exilio. Tenemos que aguantar que los huesos de Castelao esté en manos de la iglesia catolica o hagan misas a franco.
#13
Entiendes bien. este hombre es desconocido en España, su labor ha sido ocultada y ninguneada.
preguntad a todos vuestros conocidos y seguro que nadie ha oído hablar de él. triste pero ciertísimo.
los negativos, sinceramente, me la refanfinflan cuando son dados con tanta ignorancia o mala baba.
#14 lo de "adorado" se refiere a lo que vieron los familiares en el homenaje en Alicante (x si había que aclararlo).
Lo que es la gente en general no lo conoce ni dios (soy alicantino). Tremenda la historia.
Comentarios
TRADUCCIÓN: A pesar de salvar las vidas de 2638 personas durante los días finales de la Guerra Civíl Española, el nombre del capitán de navio Archibald Dickson es prácticamente desconocido en Cardiff, su ciudad natal.
Pero a 76 años de su acto de valentía entre un Alicante en caos, la población de la capital galesa se reunirá este domingo 12 de abril para un servicio memorial largamente postergado.
El 29 de marzo de 1939, hasta 30.000 partidarios de la derrotada República española y sus familias se congregaron en el puerto de Alicante, con la esperanza de huír de España y de las ya cercanas tropas del general Franco.
Por desgracia para ellos, un bloqueo a cargo de destructores italianos impidió la llegada de la práctica totalidad de los buques de rescate. Solo un navío suficientemente grande como para embarcar un número significativo de gente consiguió atravesarlo: el vapor SS Stanbrook, capitaneado por Dickson.
No parece, sin embargo, que Dickson, de 47 años de edad, tuviera ninguna motivación política para su acción. Había llegado a Alicante para recoger una lucrativa carga de azafrán y narangas. Pero a medida que llegaba más y más gente las autoridades portuarias le rogaron que llevase todas las personas que pudiera a Argelia. Tras ver las escenas de caos y desesperación, accedió a dejar el azafrán en los muelles y subir en su lugar a los refugiados.
Siendo un buque de carga de apenas 230 pies de eslora, el Stanbrook tenía espacio para apenas su tripulación de 24 personas. Sin embargo, pronto habría muchos centenares, sino miles, haciendo cola para abordar el buque.
Según el historiador Juan Martínez Leal, después de que los aduaneros dejasen pasar ordenadamente a 900 refugiados, hubo un ataque de pánico inesperado, provocado por los rumores de que un ataque aéreo alemán o italiano (aliados de Franco) era inminente.
Dickson consideró separar el barco de la pasarela que lo unía al muelle, pero eso habría conllevado tirar a muchos refugiados al agua. En lugar de ello, permitió que subieran 2.638 personas a bordo.
“Solo tenía cuatro años, pero todavía recuerdo al capitán Dickson recibiéndonos a medida que cruzábamos la pasarela”, contó Helia González, hija de un prominente partidario de la derrotada República.
“Agarraba la mano de mi madre, y él me levantó, me besó en la mejilla y me dejó en la cubierta. Para mí, en ese viaje, el capitán era como un dios. Donde iba, siempre miraba donde estába él, porque pensaba que si él estaba allí, entonces todo iba bien”.
Diez minutos después de zarpar, aparecieron aviones fascistas en el cielo. El sonido de las explosiones envolvió el puerto de Alicante, y dos bombas cayeron a popa del “Stanbrook”, causando pánico a bordo cuando los pasajeros se arremolinaron en un lado del barco, haciendo que este se inclinase alarmentemente. Las condiciones eran terribles, con los refugiados hacinados en todos los rincones; la mayoría de ellos apenas llevaba una muda de ropa.
“Logramos sentarnos en el techo curbado de un baul de madera al lado de la chimenea”, cuenta Helia González”. Había un baño al lado de nosotros, pero no se podía usar porque un montón de gente se había metido dentro para mantenerse caliente. Parecían gusanos, las cabezas contra los pies, apiñados en el suelo.
Después de 22 horas, llegaron a Oran, en la Argelia francesa, pero el viaje todavía no había terminado. Las autoridades coloniales francesas les negaron el permiso de desembarco. Después de que el capitán Dickson desembarcase para negociar, admitieron que las mujeres, los niños, los ancianos y los heridos desembarcasen, pero los hombres debieron permanecer a bordo durante un mes entero. Incluso después, su sufrimiento no había terminado: muchos de ellos fueron internados en campos de concentración.
Aunque la familia González pudo volver a España en 1949 (gracias, dice Helia, a la ayuda de un cura agradecido al que su padre había salvado durante la guerra), bajo la dictadura de Franco no pudieron hablar abiertamente de lo que habían vivido a bordo del “Stanbrook”. Después del retorno de la democracia, no había muchas ganas por parte de las autoridades por recordar el pasado. La primera placa conmemorando los refugiados y el papel de Alicante como última ciudad que cayó ante las tropas franquistas, fue inaugurada en el puerto el año pasado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
La propia familia de Archibald Dickinson no supo prácticamente nada sobre el heroísmo de Archibald hasta hace unos pocos años. En noviembre de 1939, seis meses después de volver de Argelia, el “Stanbrook” fue torpedeado por un submarino nazi y toda la tripulación, incluyendo su capitán, murió ahogada, llevándose la historia con ellos.
El hijo del capitán Dickinson, Arnold, de 80 años de edad, todavía se emociona cuando habla del momento en el que se dio cuenta por primera vez de cuanto significaba el nombre de su padre para muchos españoles. Él y su hermana, Dorothy Richardson, visitaron Alicante en 2009 para una ceremonia de homenaje al “Stanbrook” y fueron, dice, “adorados”.
“Me sentí muy humilde”, dijo. “Habría unas 3.000 personas allí. Querían agradecer a mi padre, pero él no estaba allí, así que nosotros éramos la única manera en la que podían expresar su gratitud. Conocí a dos hermanas que me dijeron que no estarían allí de no ser por mi padre”.
Mientras la última generación que recuerda la Guerra Civil española va desapareciendo, se vuelve más fácil para los hijos de los derrotados recordar a sus héroes, y a aquellos que perdieron sus vidas. Desde 2011 hay, al menos oficialmente, una calle en Alicante dedicada al “Stanbrook”, aunque todavía no aparece en la mayoría de los mapas.
Un día, confían los supervivientes, Archibald Dickson recibirá un honor similar. Y este fin de semana, recibirá su primer homenaje en su tierra, cuando una placa en su honor se desvele en la Mansion House de Cardiff. El evento ha sido organizado por el International Brigade Memorial Trust, que tiene como misión manener viva la memoria de las mujeres y hombres de Gran Bretaña e Irlanda que se ofrecieron voluntarios para defender la democracia y luchar contra el fascismo en España entre 1936 y 1939.
Mientras tanto, para unos pocos ancianos, que eran muy jóvenes al final de la Guerra Civil, ningún homenaje a este capitán galés podrá nunca devolver la deuda que sienten hacia él.
La historia, que es tremenda, la cuenta muy bien el cómic "Los surcos del azar", de Paco Roca: en el "Stanbrook" iban varios militares republicanos que, en 1944, liberaron París formando parte de La Nueve, la 9a compañía de la División Blindada del general Leclerc.
#2 Me encantó ese cómic, recomendadisimo para el que no lo haya leído.
Otra vez aparece en el relato el ignominioso trato dado por Francia a los refugiados republicanos. Esos que luego ayudarían a liberarles de los nazis. Afortunadamente Francia sí ha reconocido su labor posteriormente mientras que la madrastra España sigue sin darles el merecido homenaje.
#4 En realidad en Francia, al igual que en la España preguerra, había un caos político de narices. En gobierno del Frente popular liderado por León Blum ayudó lo que pudo a la República, por lo bajini, porque de hacerlo en público hubiera sido derrotado por los radicales y por la derecha, aparte de ganarse la enemistad de toda europa y sobre todo de Reino Unido, que les presionaba constantemente. Pero se vendieron armas, se enviaron asesores militares, se permitió el paso de las brigadas internacionales, etc. En 1938 llegan al gobierno los del partido radical socialista de Dadalier que, aunque se vendían como de centro-izquierda, fueron un desastre buscando acercamientos con el nazismo para evitar la guerra. La mayoría de problemas que se mencionan sobre la oposición y hostilidad francesa hacia la República española vienen de esta etapa de Dadalier (1938-39). Aparte había gobiernos locales a donde llegaron los refugiados controlados por la derecha, y el ejército francés y policía de la época no se nutría precisamente de gente muy amante de los republicanos... Ya tenían problemas con los comunistas franceses. De hecho luego muchos colaboraron con los nazis. Pero hablar de toda Francia en conjunto sería un poco injusto.
#16 Un relato menos simplista, muchas gracias.
#16 Si, pero fueron demasiado timoratos en la ayuda a la República española en guerra con el fascismo y luego les pasó a ellos lo que les pasó. Pero el verdadero culpable como tú bien dices fue el Reino Unido.
Gente como este es admirable.
Propongo que se le dedique una estatua en alicante o en madrid. para que perdure su recuerdo.
#3 No seas populista, eso sería reabrir viejas heridas.
Mejor mantener las estatuas, cruces y mausoleos franquistas, para así recordar nuestra Historia y que no vuelva a pasar.
Que no vuelva a pasar lo de tener un gobierno republicano de izquierdas, me refiero.
#3 En Alicante hasta que no cambie el ayuntamiento nos podemos olvidar de que se recuerde lo que paso en la ciudad.
#8 Lo de alicante y el PP es que es increible. Por no hablar de la pasividad de los locales a la lenta pero inexorable eliminación de todo lo que sea "valenciano".
2.500 españoles menos que no pudo asesinar la derecha española del siglo XX.
Se jodan.
Al leer el titular pensé que hablaban de Bale
Adorado en España??
Alguien le conoce??
En fin.
#11 Entiendo que te votan negativo porque interpretan que consideras a este tío un mindundi o algo así. No sé si tu comentario va por ahí, pero el caso es que tienes más razón que un santo.
Por desgracia, la realidad en este régimen, es que se rinde más honores a a los heroes de la república en francia que en el propio estado español.
Por el contrario tenemos que aguantar exaltaciones de la dictadura a diario. Detalles como contar bolas a los niños de que ciertos artistas se fueron de viaje en lugar de al exilio. Tenemos que aguantar que los huesos de Castelao esté en manos de la iglesia catolica o hagan misas a franco.
Son cosas de muchachos.
#13
Entiendes bien. este hombre es desconocido en España, su labor ha sido ocultada y ninguneada.
preguntad a todos vuestros conocidos y seguro que nadie ha oído hablar de él. triste pero ciertísimo.
los negativos, sinceramente, me la refanfinflan cuando son dados con tanta ignorancia o mala baba.
#14 lo de "adorado" se refiere a lo que vieron los familiares en el homenaje en Alicante (x si había que aclararlo).
Lo que es la gente en general no lo conoce ni dios (soy alicantino). Tremenda la historia.
#15 Un servidor, que tuvo familia en L'Alger si lo conocia.
Iba siendo hora :)
En la prensa de por aquí de vez en cuando aparecen noticias sobre esto. Es una pena que sea en un medio AEDE, pero el artículo siguiente es muy bueno: http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2015/04/09/55264e6ee2704eeb678b4585.html?cid=SMBOSO25301&s_kw=facebook
Nunca es tarde si la dicha es buena pero a buenas horas mangas verdes.