Según un informe de Glassdoor, los trabajadores más jóvenes ven sus trabajos como un medio para conseguir estabilidad financiera, pero reservan su pasión y ambición para las horas libres y para trabajos secundarios cada vez más lucrativos. Es lo que se ha llamado minimalismo profesional: simplificar el trabajo diario y limitar su responsabilidad a lo mínimo y a aquello establecido en su contrato. Nada más. El motivo es evitar las largas jornadas laborales, el estrés y el agotamiento para posicionarse contra la cultura del ajetreo.
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