La Generalitat sigue caminando hacia la quiebra. Ni el recorte de sueldo a los funcionarios, ni el tremendo ajuste en servicios a las empresas públicas ni las subidas de impuestos del gobierno central bastan para acabar con los números rojos. En 2013, gastó un 32% más de lo que ingresó, 14.895 contra 11.247 millones de euros. La deuda a largo plazo asciende ya a casi 42.000 millones , imposible de devolver para una administración que lleva lustros viviendo por encima de sus posibilidades.
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