El primero de ellos, porque el delito que se investiga es político y cuando lo político entra en juego, la objetividad es como la razón en lo religioso: no existe. El segundo motivo por el que la mirada Llarena crea desasosiego es su lectura de la realidad. Se aleja bastante de lo que cualquier no nacionalista aburrido del procés y banderas como yo, ha visto que ha pasado. No. Los dirigentes catalanes pudieron hacer el ridículo pero no dieron ningún golpe de Estado por mucho que lo repita ell telediario o el argumentario del PP.
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