Las restricciones de la pandemia han provocado entre niños y adolescentes serios trastornos de salud mental como conductas autolesivas, trastornos depresivos y alimentarios. Hay un desbordamiento de casos y síntomas. Los chavales están presentando un aumento muy importante de síntomas depresivos ansiosos, frustración escolar con problemas serios de no querer ir al colegio. No habíamos visto tantos casos de incapacidad de salir a la calle, de fobias y en muchos casos hablamos de autolesiones e incluso intentos de suicidio.
Comentarios
#2 Siempre aliviará algo más que el tener a personas que necesitan ayuda, abandonadas a su suerte. Yo no te puedo decir que haya recibido una ayuda maravillosa y única de Salud Mental (de hecho, una crisis gorda me la ocasionó una jornalera de esta disciplina. Cuando le dije a mi doctora de cabecera que no quería volver, qué casualidad que supo de inmediato con quién me había tocado sin yo decírselo. No era la primera vez que le veían con quejas de esa tiparraca), pero algo sí hizo por mí, aunque sólo fuera ponerme en el camino y hacerme saber (y entender) que no era culpa mía. Que yo era tan culpable como si me hubiera roto una pierna. Desde luego que el camino lo ha de recorrer uno, pero al menos que te enseñen cuál es, ya es un logro.
Estamos poniendo muchísima frustración y ansiedad en la sociedad, excesiva. Y ya no es que lo paguemos los adultos, es que lo están pagando los niños. Críos de menos de quince años que se consideran un fracaso porque se comparan con estrellas de internet, ven que ellos están condenados a despachar hamburguesas en el McDonalds (y eso si tienen suerte), y se les cae el mundo encima. Críos que ven a sus padres dejarse la piel en curros inhumanos para -con suerte- sacar para pagar las facturas, que saben que eso es lo que les espera a ellos y no lo desean. Críos que están hartos de ver que el esfuerzo no vale para nada, que la meritocracia es mentira, que les hemos vendido una estafa y que sólo conocen la indefensión aprendida, el "nada vale para nada". ¿Esperamos que no se depriman y no tengan ansiedad, cuando les hemos metido en un laberinto para ratas en el que todos los caminos llevan al dolor?
#2 Hablo de salud mental a todos los niveles, no es sólo cuestión de poner más sicólogos.
Es un problema bastante más complejo que abarca desde servicios sociales a infraestructuras adecuadas, a la percepción que tiene la sociedad de la salud mental y sobre todo recursos especializados.
#3 ¿Pero si no tienes una disciplina que estudie el fenómeno competentemente cómo puedes saber ni dónde meter el dinero? Lanzar dinero a los problemas al tuntun no es un buen sistema, especialmente porque una vez tienes montados programas del gobierno no hay quien los desmonte.
#2 La economía también es un desastre como disciplina. Sería contraproducente meter dinero en la economía?... el dilema es curioso. En todo caso, creo que has mezclado toda la psicología con el psicoanálisis de Freud, ahora la psicología tiene base científica.
Hay que empezar a hablar de salud mental de forma clara y poner los recursos que sean necesarios para solucionar un problema creciente y, muchas veces, invisible.
#1 Pero la psicología es un desastre como disciplina, después de lo visto con todos los estudios que no se pueden replicar o que tienen correlaciones tan bajas. Meter dinero en una disciplina que produce resultados tan malos puede ser incluso contraproducente.
#1 hay que empezar a hablar del mundo en el que vivimos, que es una puta competición desde que los críos tienen 5 años, y eso si que no es normal
Nuestra sociedad desarrollada es un puto disparate, es normal que los adolescentes estén como una puta chota