Mahir Dabul tiene un dilema: quedarse con su familia en el pueblo de Aqrabate, y quizás morir bajo los bombardeos salvajes de las fuerzas oficialistas sirias, o tratar de huir a Turquía, y quizás morir tiroteado por los soldados turcos que cierran la frontera a cal y canto. Este es el día a día para cada vez más civiles sirios. Medio millón de personas escapan hacia la frontera turca por los combates en Idlib, en la que se ha convertido en la peor crisis humanitaria en casi nueve años de conflicto.
Comentarios
Mucho mejor dejarlos en las manos de AlQaeda
Y hablar de Rojava ya tal