Hace 2 años | Por japego a elpais.com
Publicado hace 2 años por japego a elpais.com

No resulta sencillo adivinar lo que se le pasa por la cabeza a Gustavo Petro cuando se le tiene delante. Hermético e impenetrable, destila un aire de ausencia, como si se encontrara a la vez en otro sitio. Ni siquiera sus asesores saben en ocasiones qué esperar. Hace unas semanas uno de ellos trataba de convencerlo de que matizara una postura firme frente a un asunto que le ha hecho muy impopular entre una parte del electorado.