Yo iba con Amaia y Alfred en primer lugar porque no había escuchado su canción. Pero sobre todo porque los han querido untar de una patria chusca que consiste en estar besando todo el rato la bandera. Iban a Eurovisión, no iban a la mili. Han sido objeto de una campaña patológica, brutal y bastante descriptiva de lo que sería este país si estuviese en manos de los guardianes más catetos, más tristes y más enfadados de la historia moderna de España.
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