Hace 8 años | Por kamikaze30 a debate21.es
Publicado hace 8 años por kamikaze30 a debate21.es

Otro curso universitario finaliza. Parece que a muchos ya se les ha olvidado que miles de estudiantes, ahora en verano, tendrán que trabajar duro y hacer malabarismos para poder continuar o iniciar sus estudios universitarios en septiembre.

Comentarios

Black_Swan

Hola quería aclarar a los que sufren esta situación, que aunque parece que el sistema de becas ha caido en los últimos años, puedo dar testimonio junto otras personas de mi edad que pasamos por situaciones similares en los años 90, aunque a ojos de los más jóvenes parezca que entonces todo era jauja. En algunos casos viendonos excluidos del sistema educativo por cuestiones económicas y no de méritos, eso siempre ha pasado, por desgracia y no es un fenómeno estrictamente actual.

- Empecemos por decir que los estudios no solamente son tasas, existen gastos derivados durante todo el año (fotocopias, material, transporte, comedor sin hablar de alquiler de habitaciones para los que vivan a largas distancias de la facultad, etc), estos son gastos muchas veces básicos y nada caprichosos que pueden permitir o no que un o una joven pueda acceder con normalidad a un sistema de estudios.

- Que una beca, que por definición es compensatoria, el estado la abona en el tramo final del curso lectivo. Lo cual nos lleva a la contradicción de que ese estudiante o su familia, que han demostrado no llegar con sus los ingresos, han tenido que "adelantar" ese dinero para permitir que ese estudiante realice el curso, al menos durante ese primer año lectivo, lo cual entra en aparente contradicción con la premisa de "tener insuficientes ingresos". Es decir que si alguien realmente no puede, pues no de facto no podrá, y se convierte solo en una ayuda para quien puede pero con dificultades, existiendo aquí un primer filtro de exclusión.

- Que si por situación de extrema necesidad un o una joven se ven obligadon a trabajar un año posiblemente para colaborar económicamente con su nucleo familiar, su propia fuente de ingresos, seguramente destinada a la subsistencia durante ese periodo, le va a impedir acceder al sistema de becas del año posterior. Es decir el estado sin ningún tipo de control al respecto, casi asume que tus ingresos, (que siendo joven habrán sido sueldos irrisorios), habrán ido destinados a ser guardados debajo del colchón y que al año siguiente deberás de pagar a tocateja tasas, matrículas y gastos porque nadarás en la abundancia. Siendo este estudiante, que habrá pasado una situación de dificultad, practicamente condenado a seguir trabajando y definitivamente excluido del anterior sistema de beneficios y becas.

Como he dicho esto ha pasado durante toda la democracia aunque parezca que es un fenómeno de los últimos años. Nuestro sistema educativo ha podido "asegurar" el acceso a estudios superiores de una horquilla de población máxima de un 70%, pero siempre dejando un rango de exclusión del 30% restante. Lo maquiavélico del sistema era conseguir que en ese 30% de población potencialmente sin posibilidades no se despertase la inquietud por el estudio y así aparentar que el funcionamiento era adecuado, obviamente el origen principal de estas situaciones las encotrabamos en zonas rurales y sobre todo areas perifericas de las ciudades con altos indices de inmigración (interior) y con escasos recursos económicos y posibildades. De esta manera el estado ha funcionado durante muchos años en un estado de aparente (pero falso) equilibirio y buen funcionamiento de sistemas de becas y ayudas al estudio.

En mi caso trabajé desde los 16, obviamente por necesidades familiares, por lo tanto nunca conseguí acceder al sistema de becas, pese a sacar las mejores notas posibles en cursos preuniversitarios. Pagué de mi bolsillo a tocateja hasta 3 matrículas universitarias que entonces superaban ya las 100.000 pesetas, era realmente mucho dinero para mi bolsillo, y no pude acceder a ninguna beca. Al mismo tiempo el propio trabajo te impedia acudir con regularidad a las clases lo cual te aseguraba unos números insuficientes para el siguiente año.

Una espiral que sin duda conducia al estudiante a la exclusión de los beneficios sociales, todo muy sutil, al final culpabilizando al sujeto de su propia situación, cuyo final más probable y casi esperado era el abandono de los estudios. Esta situación, como expongo, existía hace 20 años lo que si es cierto es que proporcionalmente era menos presente y visible que ahora, lo cual no quiere decir que para los que la vivimos no fuera menos injusta, puesto que es un tema de adulteración de derechos y no de cantidades.

Como veis nada nuevo bajo el sol, por desgracia.

Black_Swan

¿Soluciones? Ojalá. Claro que las hay, empezando por un sistema compensatorio real, es todo cuestión de verdadera voluntad política. ¿Pero qué gobierno renuncia a disponer de mano de obra barata que pueble la industria y los puestos menos apetecibles de la cadena laboral? ¿Lo hay?