Hace 2 años | Por Andaui a elciervo.es
Publicado hace 2 años por Andaui a elciervo.es

Era evidente que estaba muy enferma. De unos doce años, muy delgada, con una gran sonrisa pero ahogándose al mínimo movimiento. Yo y Jasmin, mi ayudante, la estiramos sobe la camilla que tenía en el despacho del hospital Albert Schweitzer en una zona rural de Haití, siempre lleno de pacientes que se presentaban sin interrupción a todas horas. Después de una breve charla con la madre, la examiné. Ausculté un soplo sistólico intenso en el área de la válvula mitral que irradiaba a la axila izquierda y a la espalda.