Ignacio Sánchez-Cuenca (Madrid, 1966), profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid, ha decidido enfrentarse a los figurones de las letras y la cultura española. Este grupo de “santones”, que Sánchez-Cuenca emparenta con las generaciones del 98 y del 14, se forjó en los años noventa del siglo pasado, con el fin del periodo felipista y el empuje antiterrorista y españolista de Aznar, y comparte varios elementos comunes, explica el autor: “La impunidad con la que opinan, un estilo mucho más literario que analítico...
Comentarios
Por este motivo hay que odiar a todos por igual. Lo mejor es considerar a todo el mundo un hijo de puta.
Me ha gustado mucho el artículo, hace años que llevo viendo cómo en la derecha tienen a unos opinadores muy extraños; escritores, periodistas, artistas, tertulianos y en general gente que jamás suelta un dato, que solo sueltan frases hechas, críticas pseudo moralizantes, comentarios clasistas y en general faltas de respeto gratuitas que para algunos valen como argumento político.
Se ha dejado al gran filósofo pensador del españolismo rancio, Gustavo Bueno -«Tuvo graves errores [Constitución del 78], ¿pero quién iba a prever que saliera un Ibarreche? Es un sedicioso y, cuando había pena de muerte, a los sediciosos se los fusilaba. Pero se ha olvidado el concepto de sedición.»
Titular muy bonito para un artículo con ramalazo totalitario que se queja de la libertad de expresión de los que no piensan como él.