Porque también hay machistas buenos, aunque hayan sido condenados por violencia de género. Por ejemplo, Jesús Eguiguren, presidente del Partido Socialista de Euskadi, el fontanero de las cloacas del zapaterismo, que cuando volvía de sus reuniones clandestinas con Otegi y Josu Ternera le daba unas hostias a su consorte para rebajar la tensión acumulada. Txusito el abertzale, el héroe discreto que tiró de mano izquierda para negociar con los terroristas y de mano derecha para cruzarle la cara a su compañera.
Comentarios
Impresionante el artículo, demoledor. Una frase lo define:
La izquierda divide el mundo en buenos y malos. Los buenos son los de izquierdas. Los malos son los de derechas. Y los de centro, porque para la izquierda el centro no existe, es un “no lugar”, el escondite falaz en que se refugia la derecha vergonzante.
Tras leer una verdad tan grande como un templo en la primera frase, no hace falta leer el resto, pero aún así, he continuado, y he conseguido llegar a la mitad, más o menos, donde ya, abrumada por los datos, he decidido parar.
En fin...
Muy bueno el artículo. Meneo.