La derecha española lo sabe, es consciente de la responsabilidad que tiene en el desmantelamiento de nuestra Sanidad, a la que sometió a un ataque sin cuartel que sólo pudieron detener o aminorar sus propios profesionales con la famosa marea blanca, y también en la entrega de las residencias a fondos buitre o, en cualquier caso, a empresas para las que no existen los pacientes sino los clientes y cuya función es ganar dinero.
La sanidad y las residencias de mayores no pueden ser fuentes de negocio porque acaban por funcionar mal. Encima nadie es responsable de nada, el dinero se lo llevan cuatro sinrvergúenzas. Y encima no nos hemos ahorrado sino que nos hemos empobrecido.
Desmantelar una sanidad (en este caso) únicamente trae dos consecuencias: enriquecimiento para quien lo hace y penuria para quien lo padece.
El gran problema de este país es no poder juzgar a quien lo hace.
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La sanidad y las residencias de mayores no pueden ser fuentes de negocio porque acaban por funcionar mal. Encima nadie es responsable de nada, el dinero se lo llevan cuatro sinrvergúenzas. Y encima no nos hemos ahorrado sino que nos hemos empobrecido.
Desmantelar una sanidad (en este caso) únicamente trae dos consecuencias: enriquecimiento para quien lo hace y penuria para quien lo padece.
El gran problema de este país es no poder juzgar a quien lo hace.