A media noche, en un seminario católico en Sao Paulo, un aspirante al sacerdocio se martirizaba: "¡En nombre de Jesús, demonio de la homosexualidad, sal de mí!". Acostado en su cama en la habitación que compartía con dos religiosos, Rafael*, quien tenía entonces 20 años, enterró las uñas en las palmas de sus manos hasta sentir dolor y rezó una y otra vez. Insomne, caminó hacia el baño y, furioso y llorando, agredió su órgano sexual y lo envolvió en cubitos de hielo. En otras ocasiones se había acostado en el suelo frío...
Comentarios
Titular super épico.
Cuanto sufrimiento ha traído la ignorancia