Hace 5 años | Por MKitus a yorokobu.es
Publicado hace 5 años por MKitus a yorokobu.es

Quienes sufren este despropósito no lo saben: asumen falsedades y charlatanerías como si fueran ciencia, y con esa convicción las practican en su vida diaria. Sí lo saben, quizá, quienes las producen. La información basura sobre alimentación eclipsa los datos contrastados. Hasta el punto de que no hace falta ninguna voluntad para absorber mitos como certezas. Las mentiras están tan presentes que, simplemente, se nos graban.

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G

También decía Grande Covián: "Hay que comer de todo, pero en plato de postre".

MKitus

"La primera condición es que sean o parezcan desconocidos. A veces, al alimento se le cambia el nombre y es como darle un toque de varita. Nadie piensa en los beneficios de la berza común o de la col rizada, a no ser que, de pronto, se le llame kale. «Tienen que captar la atención, ser novedad; que la gente piense “cómo es posible que no lo hayamos comido si tiene un montón de propiedades extraordinarias”».