Su nombre aparece en el libro Récord Guinness por tener un coeficiente intelectual (CI) de 210. A los seis meses ya hablaba y antes de los tres años podía leer fluidamente en coreano, japonés, alemán e inglés. A los cuatro años resolvía problemas complejos de cálculo integral y diferencial. Su talento lo llevó a ingresar a la Universidad de Hanyang con apenas tres años. “La gente me veía como un genio. Me sentía como un experimento. pero sin nadie que realmente se preocupara por mí como persona”.
|
etiquetas: kim ung-yong , niño prodigio , genio , relaciones afectivas