Mi tía Paquita respetaba la voluntad de mi tío, con cierto grado de veneración, y nunca intentó en ese aspecto torcer su voluntad. Incluso me relataba, con no disimulada admiración, que una vez unos árabes le ofrecieron miles de millones de pesetas a su marido por los terrenos hoy en litigio, y que al sospechar que la indiscriminada construcción en la zona, iba a arruinar progresivamente el paisaje, estando ya ante el contrato, con lágrimas en los ojos, finalmente se negó a firmar.
Comentarios
Me parece absurdo que explique la opinión de doña Paquita, me da la onda de que el escritor algo tiene que ver con la venta de esos terrenos.
El hotel no debería construirse, pero doña Paquita o sus herederos parecen haberlo facilitado vendiendo.
#1 Doña Paquita, desgraciadamente ya no está en este mundo y el autor, uno de sus sobrinos, apunta a que con total seguridad se hubiera opuesto a este hotel.
#2 lo que quiero decir es que si los herederos vendieron la culpa de que se construya en parte es suya.