El desastre, descontando muertes, familias destrozadas, explotación en la tierra prometida, es que estamos interiorizando que el crimen de clase, de pobreza, de extranjería, es un mal necesario. Lo cierto es que los últimos cuarenta años de neoliberalismo han engendrado esto premeditadamente: cuando no tienes identidad de clase pero tu vida se sigue rigiendo por las intemperies de lo asalariado, te echas en brazos de quien te recuerda, de quien te pone cara, de quien te proporciona un papel, por muy mezquino, miserable y grotesco que resulte.
Comentarios
Esto no es nuevo. Antes a los negros se los tenía en zoos. Menos mal que la sociedad ha evolucionado y mejorado. No es lógico poner a un ser humano, aunque sea de otro color de piel, en el sitio que le corresponde a un pelirrojo.
El neoliberalismo y bla bla bla...