Hay un cruce de intereses que antoja muy difícil una solución que satisfaga a empresas, políticos y sociedad. El Gobierno afronta el dilema de explicar que haya despidos o enriquecimientos con dinero público.
El grandísimo problema del dinero de la reconstrucción es gestionarlo correctamente y que no se utilice, como siempre, para mamandurrias, corrupción, etc.
¿Quién va a fiscalizar su buen uso?
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El grandísimo problema del dinero de la reconstrucción es gestionarlo correctamente y que no se utilice, como siempre, para mamandurrias, corrupción, etc.
¿Quién va a fiscalizar su buen uso?