El 1 de febrero de 1959, nueve excursionistas murieron en los montes Urales, en una zona entre la República de Komi y el óblast de Sverdlovsk, en Rusia. Es lo que se conoce como el incidente del paso Diátlov. Todos eran estudiantes, a excepción del guía local y murieron en las condiciones más extrañas, hasta ahora sin explicación concreta, solo teorías y mucho misterio.
Según había leído en algún sitio tras la autopsia se supo que algunos de los cadáveres estaban destrozados en el interior, que sólo se habían visto casos así en accidentes de tráfico. No se si es un dato real o inventado, porque no sale en este artículo.
#3 ya la tocó... Y algunos piensan que se intentaba sacar información sobre Algún material radiactivo secreto en una chaqueta impregnada y se cargaron los testigos y las posibles fuentes de información por contaminación eliminando las zonas (ropas, tejidos corporales etc). Y quedando la cosa así de extraña al final
Comentarios
Los nueve estudiantes huyeron de la tienda, en plena noche y sin la ropa adecuada después de que@JavierB dijera: "yo aquí he venido a follar".
salir corriendo en pelotas de noche en la rusia pelada de nieve es como para morirse
#0 Historia cíclica en meneame, pon si eso la de Blas de Lezo en Cartagena ahora después
#2 #4 Hace 7 años...
Según había leído en algún sitio tras la autopsia se supo que algunos de los cadáveres estaban destrozados en el interior, que sólo se habían visto casos así en accidentes de tráfico. No se si es un dato real o inventado, porque no sale en este artículo.
Iker te invocamos
#3 ya la tocó... Y algunos piensan que se intentaba sacar información sobre Algún material radiactivo secreto en una chaqueta impregnada y se cargaron los testigos y las posibles fuentes de información por contaminación eliminando las zonas (ropas, tejidos corporales etc). Y quedando la cosa así de extraña al final
#0 Esta historia ya salió: La Montaña de los Muertos I
La Montaña de los Muertos I
tejiendoelmundo.wordpress.com#2 Y yo he visto una película al respecto, aunque hace tanto que casi ni me acuerdo.