Un viejo dicho dice que ‘a río revuelto ganancia de pescadores’. Eso es lo que debió pensar Amancio Ortega a medida que la crisis se volvía más virulenta a lo largo del 2020. Así, el gigante Inditex inició un alud de renegociaciones de sus contratos de alquiler para forzar a los propietarios a conceder mejoras sustanciales en el precio y las condiciones. Una política que le ha permitido apuntarse una ganancia de hasta 317 millones de euros, según la refleja la propia compañía en sus cuentas.