Una semana antes de cumplir los 12 años trabaja ocho horas al día en un taller, lijando y pintando carritos de helado a US$2.5 el turno. Cuando se reanuden las clases, después de las vacaciones de Navidad, trabajará sólo cinco horas al día para poder ir a la escuela por la tarde y, si aún le queda tiempo, jugar al fútbol los fines de semana. “Tengo la vida organizada, trabajo de día y estudio de noche”, dice Roberto. Lo ve como una oportunidad, como el mejor modo de mantenerse al margen de las pandillas callejeras.
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¡Joder! ... esto en Cuba no pasa, pais "perverso" del entorno
Es el paraíso capitalista de Lainoamérica. En Honduras es por el bloqueo econó... esto...