El reciente arribo del buque East Energy a un astillero en Zhoushan, China, marca un nuevo capítulo en esta estrategia. El ingreso del buque a instalaciones chinas responde a un fenómeno cada vez más habitual: la búsqueda de alternativas de mantenimiento fuera de Europa, luego de que astilleros como Damen Shiprepair (Francia) y Fayard A/S (Dinamarca) comenzaran a rechazar trabajos para embarcaciones vinculadas a proyectos energéticos rusos.
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