No existe duda de que Irak enfrenta una crisis, con disputas adicionales a las dificultades de las situaciones económicas y sanitarias que afectan a todos los países. Pero el mayor peligro para el país proviene de la administración Trump, que sólo puede imaginar someter estados a la fuerza. Estados Unidos seguramente terminará “cosechando el remolino” en vez de ganar una alianza robusta con Irak.