(...) Tras salir impune de décadas de corrupción con la prescripción de sus delitos y la aplicación de la figura de la inviolabilidad, Juan Carlos ha querido ajustar cuentas con su hijo, ese que se desligó públicamente de sus trapicheos, le quitó la paga y vio con buenos ojos la operación para alejarlo de España. No busquen más interpretaciones al mensaje emitido hace unos días, porque no las hay. Juan Carlos, libre ya de todo riesgo judicial, reivindica su posición.
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