El pasado marzo entró en vigor la reforma del Estatuto de los Trabajadores que permite a los empleados solicitar la modificación de su horario laboral para poder adaptarlo a sus necesidades de conciliación. La medida, bautizada como la jornada a la carta, creó unas expectativas de flexibilidad que, sin embargo (y como anticiparon muchos laboralistas), están chocando con la realidad de las empresas y los tribunales.
Hombre... es un poco de lógica... hay tabajos en los cuales al empresario les puede dar igual el horario si los trabajadores sacan igualmente el trabajo adelante trabajando con un horario distinto, el problema es que esto no es aplicable a todos los trabajos, imagínate que en un restaurante los camareros o cocineros piden una pausa a la hora de comer para ir a recoger a los niños del cole...
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Hombre... es un poco de lógica... hay tabajos en los cuales al empresario les puede dar igual el horario si los trabajadores sacan igualmente el trabajo adelante trabajando con un horario distinto, el problema es que esto no es aplicable a todos los trabajos, imagínate que en un restaurante los camareros o cocineros piden una pausa a la hora de comer para ir a recoger a los niños del cole...
La jornada a la carta universal solo es posible en la mente de los burócratas.
En España la jornada perfecta para el empresariado, son las 24 horas del día...
Vamos, al final lo que diga la patronal. Como siempre.
De todas formas impulsar una ley o reforma así sólo busca sacar votos, imagino que desde el minuto 1 sabían que no podía ser.