El fascismo está ahí, no se crea ni se destruye, se transforma. Ahora se habla indistintamente de fascismo a secas, neofascismo y ultraderecha. El mundo ha cambiado tanto que formalmente es difícil un fascismo como el de los años 30 del siglo pasado, pero los discursos tienen muchos rasgos comunes y las diferencias pueden estar en factores como el grado en el uso de la violencia o la agresividad nacionalista. También hay un neofascismo que Antonio Méndez llama “fascismo de baja intensidad” (FBI), aunque esta versión centra más en el mercado...
Comentarios
Cada vez que veo, como venden las noticias en los medios, casualmente controlados por los que solo se preocupan de sus beneficios, veo mas difícil un mundo mejor.Esperemos que la generación de internet, cambie la tendencia y se desenchufe de la TV.