Nos lamentamos continuamente de la bajeza ética de nuestros gobernantes, de lo podrido que está el sistema... Pero ¿Quién no conoce -o es- a un oficinista que utiliza la impresora del trabajo para imprimir las entradas del cine, los apuntes de sus hijos o los billetes de avión? ¿A quién no le han ofrecido alguna vez realizar un pago 'en negro' en una tienda de muebles, de cocinas o de reparaciones a cambio de ahorrarse el IVA?
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