El voto particular absolutorio está plagado de los mismos juicios de valor y contradicciones de los que acusa a la denunciante y a los dos jueces que condenan. Parece que la mujer no se defiende lo suficiente, que no cierra las piernas todo lo que debería, que no se queja ni sufre tanto como para hablar de violencia, que no está tan intimidada como para llamarlo violación. El robo no se cuestiona aunque no se resistiera, pero para que sea violación, te tienes que enfrentar a tus atacantes y arriesgarte a que te maten.
Comentarios
Hay que hacer más caso a las pruebas que a los testimonios. Si nos vamos de ese criterio nos estamos cargando el estado de derecho
#2 Ayer una feminista me lo dijo, no es necesario tenr pruebas para condenar a un hombre por violación, es flipante.
Pues mira que la tuya.
Que llamen al padre Karras
Parece que en este caso el moralismo está en los ojos de quien mira. Vaya forma de manipular.
Ya veréis la que se va a liar, cuando en el recurso salgan libres porque los jueces han cometido un error y han condenado a los acusados por un artículo del código penal por el que no estaban siendo juzgados.
aquí lo explican bien.
Ha salido a la madre.
#3 o al padre. O mejor al progenitor A.
No asumamos su género, que tienen patente de corso para ofenderse.