Publicado hace 8 años por gomadós a elcabronilustrado.wordpress.com

Las legislaturas comienzan como los amores de verano, con apenas un roce. Todo es un llegar e ir llegando, un aroma a Maupassant y a flores de interior. Lo que sucede es que en esta ocasión llegamos a una piel ya surcada, es decir, no a la insolencia de la novedad, sino a un amor ya gustado, una herida todavía abierta. Nos enamoramos histéricamente, escribió Nabokov, y escribió bien. La lanzada de delicia, la urgencia y los cajones revueltos, el sol en la enramada. El amor en política es cuestión tasable, medida hasta la extenuación,

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Simplemente el hallazgo lingüístico merece un meneo. Ahora leo el artículo completo.