El Partido Popular ha decidido apretar el acelerador e imponer su Ley de Seguridad Ciudadana. Lo ha hecho para lanzar a la oposición política y social un rugido de dureza. Para emular a Fraga y anunciar que la calle es suya y que no permitirá que nadie se la dispute. Hace unos años, el gesto podría haber resultado eficaz. Ahora no. Con la corrupción carcomiendo sus estructuras, con el aumento de la precarización social, con el desafío que suponen el proceso soberanista catalán y el imparable auge de Podemos, la decisión del Gobierno aparece com
Comentarios
#0 ojo al tema del spam: http://meneame.wikispaces.com/Comenzando
El trasfondo de todo esto es que estos gustan de la democracia para legitimarse.
Una vez que alcanzan el poder airean su deficitaria base democrática, cosa que la LSC demuestra.
#0 enviar cosas de ti mismo...muy mal.