Me gusta hablar con los rusos de política y de libertad. Suelen decirme que en Rusia no hay libertad ni la ha habido nunca. No saben qué es ni cómo alcanzarla. No a todos les preocupa esto, pero algunos miran de reojo con envidia hacia el oeste, creyendo que a orillas del Atlántico Norte la respiran por los cuatro costados. Les contesto a veces que, si se refieren a libertades como derechos individuales, ellos también las tienen. Os podéis reunir, hablar e incluso manifestaros por las calles. Sí, pero no tenemos auténtica democracia.
Comentarios
Vaya mierda egocéntrica de artículo.
Ni nosotros.