Por ello, cabría al menos poner en duda que los efectos que haya producido la caída de los salarios reales sobre nuestra consumo se deban a la devaluación salarial (y por lo tanto a la reforma laboral) y más a los ajustes presupuestarios, y otros efectos propios de la crisis.
Comentarios
Será "le". Vaya loísmo más feo
#1 Lo curioso es que el titular original está bien
neolengua