Luis supo que tenía un problema grave de riñón a los nueve años. A esa edad, su cuerpo ya había soportado dos trasplantes. El primero fue a la edad de siete; el segundo, meses después. Y aunque nunca fue consciente de ellos, sí recuerda los meses ingresado en el hospital y las enormes cicatrices, que todavía hoy horadan su abdomen en toda su amplitud.
Su última oportunidad es la diálisis y se puede vivir con ella.
Lo digo por no quitar la esperanza a otros enfermos de riñón que no puedan recibir transplante.
Comentarios
Luis, se fuerte!
Y va en serio.
Su última oportunidad es la diálisis y se puede vivir con ella.
Lo digo por no quitar la esperanza a otros enfermos de riñón que no puedan recibir transplante.