Hace 9 años | Por miguelgcampos a eldiario.es
Publicado hace 9 años por miguelgcampos a eldiario.es

El contraste entre elecciones y encuestas nos sirve para tres fines. Primero, nos recuerda que la demoscopia, aunque imprecisa, no es nigromancia, sino un sensor aproximado pero útil del clima de opinión. Segundo, subraya la importancia de las expectativas. Precisamente porque sabemos que las encuestas no son una ficción esperamos que se cumplan en cierta medida y medimos el éxito o el fracaso de los partidos en función de esas esperanzas. Tercero y último, nos recuerda que ciertas sorpresas no solo son posibles, sino habituales.