Hace 8 años | Por martins a avatma.org
Publicado hace 8 años por martins a avatma.org

Representantes del Colectivo de Veterinarios Franceses para la Abolición de las Corridas de Toros (COVAC), y de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (AVATMA), mantuvieron una reunión de trabajo el día 27 de mayo en París. Ambas organizaciones esperan, en un futuro próximo, poder unir sus fuerzas con sus compañeros de profesión portugueses, creando un frente común de veterinarios en aquellos países de Europa en que este tipo de prácticas suponen la excepción a sus leyes de protección animal.

Comentarios

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Na, cosas de países avanzados. No va con nosotros...

D

Cuando me asquean las ínfulas y retazos autoritarios con tufo a dictadura que en este país se destilan, me masturbo con Francia pensando que, al menos, ellos respetan unos parámetros mínimos de democracia.

D

Una precisión:

Ojalá tuviésemos una varita mágica para pudiéramos hacer que este mundo fuese perfecto y maravilloso y para que el dolor y el sufrimiento no existiesen para ningún animal.

El problema es que la varita mágica no la tenemos. Lo único que tenemos en su lugar es el trabajo, la inteligencia, la ciencia y la tecnología, para ir desarrollando poco a poco métodos para reducir el dolor y el sufrimiento. Lamentablemente a estas alturas todavía no tenemos la ciencia ni la tecnología suficientes para conseguir que el dolor y el sufrimiento sean completamente cero.

Pero, y aquí viene el punto importante: siempre debemos perseguir la reducción del dolor y el sufrimiento todo lo que nuestro estado actual de desarrollo lo permitan. Y, en congruencia con ello, debemos evitar todo dolor y sufrimiento que tengamos ya los medios para evitar.

Así, por ejemplo, en la industria animal más avanzada que hoy día tuviésemos a nuestro alcance montar, todavía seguiría siendo inevitable que los animales soportasen algunos sufrimientos; aunque a estas alturas la reducción del sufrimiento puede ser considerable en comparación con cómo había que sacrificar a los animales hace cientos de años.

Desde este punto de vista, a estas alturas del conocimiento humano no hay absolutamente ninguna justificación ética con la se pueda excusar una barbaridad como la que se comete hoy día con el toro. Toda justificación está excluida si tiene que ser ética y basarse en la razón y la ciencia; así que las únicas cosas en las que se puede basar el toreo son la bajeza, la falta de valía y la inferioridad humanas de quienes lo apoyan.

Y además el toreo, y el maltrato animal en general, o más exactamente, el atentado que suponen contra lo más esencial e importante de la condición humana, la inteligencia, son graves generadores de conflicto (y sufrimiento) social. Porque cuando sufre el toro, las personas inteligentes y de bien sufren también, y esto les despierta el lógico resentimiento.

El disfrute sádico y criminal de ver a otro ser humano sufrir y morir, tal y como lo sentiría un asesino, sólamente me lo consigue dar el toreo cuando el toro coge al torero.