El periodismo en España no atraviesa su mejor momento. Vivimos sometidos como nunca a la dictadura del patrón, que a su vez está rendido, como siempre, al control del poder. Con la diferencia de que lo que antes era puro disimulo, ahora, en muchos casos, es indecente transparencia.
Algunos siguen mamando de la teta pródiga y peleando por esa tertulia o aquella colaboración, dispuestos a adular o a ejercer de equilibristas del ditirambo y la crítica (dulce, por supuesto). Y otros, lo podemos ver algunas noches en la tele, se han pasado sin vergüenza al mundo del espectáculo. Con sus trucos, sus requiebros, sus dichos y gracietas.
Pero ya sabemos (ahora antes o después se descubre casi todo) quiénes son los gacetilleros preferidos del perverso ministro del Interior en funciones. Ese que -con el beneplácito de la justicia, que es así de blanda con los poderosos- organiza cazas de brujas contra quienes no sintonizan con sus ideas. Y que siempre tiene a mano a algún juntaletras (al final el amigo García va a resultar que era un revolucionario) que le haga el favor de contarlo envuelto en formato de exclusiva del mundo mundial
Qué gran verdad. Un trabajo de opinión muy bien elaborado e interesante para éstas horas del café y la tostada. Meneo más que merecido.
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Y luego está Twitter.
Este es el periódico digital premiado del que habla el autor :http://www.elfaro.net/es/201110/noticias/
Algunos siguen mamando de la teta pródiga y peleando por esa tertulia o aquella colaboración, dispuestos a adular o a ejercer de equilibristas del ditirambo y la crítica (dulce, por supuesto). Y otros, lo podemos ver algunas noches en la tele, se han pasado sin vergüenza al mundo del espectáculo. Con sus trucos, sus requiebros, sus dichos y gracietas.
Pero ya sabemos (ahora antes o después se descubre casi todo) quiénes son los gacetilleros preferidos del perverso ministro del Interior en funciones. Ese que -con el beneplácito de la justicia, que es así de blanda con los poderosos- organiza cazas de brujas contra quienes no sintonizan con sus ideas. Y que siempre tiene a mano a algún juntaletras (al final el amigo García va a resultar que era un revolucionario) que le haga el favor de contarlo envuelto en formato de exclusiva del mundo mundial
Qué gran verdad. Un trabajo de opinión muy bien elaborado e interesante para éstas horas del café y la tostada. Meneo más que merecido.