Hace 6 años | Por --526496-- a nytimes.com
Publicado hace 6 años por --526496-- a nytimes.com

Harvey Weinstein construyó una máquina de complicidad a partir de lo ingenioso, lo inconsciente y lo que hay en medio. Advertía a los que descubrían sus secretos que no dijeran nada. Muchos sabían algo o detectaban pistas, aunque pocos entendían la escala de su mala conducta sexual. Casi todos tenían incentivos para mirar hacia otro lado o razones para mantenerse en silencio. Ahora, incluso cuando el recuento de sus presuntas fechorías todavía está surgiendo, también lo está el debate sobre el fracaso colectivo y la distribución de la culpa.

Comentarios

D

Se llama clientelismo, el PPSOE sabe teeeeela de eso, creo que incluso imparten masters ...