Bruselas tardó siete años en darse cuenta de que los dos exalcaldes (Gallardón y Botella) hacían trampas con los niveles de contaminación, pero cuando destapó el fraude, fue contundente: si el Ayuntamiento de Madrid intentaba de nuevo trampear o volvían a subir los niveles de dióxido de nitrógeno, la multa sería de entre 400 y 500 millones de euros. Así que Almeida ya puede desinflar su discurso de bajada de impuestos porque como se le ocurra rebajar o quitar Madrid Central, la multa puede ser de órdago.
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