El turismo masivo ha comenzado a presentar la cara contraria a los tradicionales beneficios económicos a que estaba asociado. Además de la contaminación ambiental por el aumento del número de vuelos comerciales, o el del mar por los vertidos de alcantarillado en la costa, comienza a generar efectos negativos en la vivienda y comercio destinado a residentes. De ese modo, muchas localidades turísticas empiezan a preguntarse si deben moderar la afluencia de visitantes, dudando entre seguir matando por turismo o morir por él.
Comentarios
El selfie y los posers mataron al turismo.
Y un poco Airbnb.
Todo mezclado creo ese monstruo de horteras qye vijan en " como si...".
Al menos son divertidos esos carteles amarillos a favor del balconing.