El hijo de Cristina Kirchner fue, junto a otros legisladores del kirchnerismo y la izquierda, a la plaza para que se detuviera lo que consideraban "salvaje represión policial". Sin embargo, a Máximo muchos militantes de izquierda empezaron a insultarlo, a llamarle "traidor" y el clima empezó a complicarse en determinado momento la situación trocó decididamente a peligrosa, volaron algunas piedras y botellas cerca del hijo de Cristina Kirchner, lo que hizo que "protegido" por algunos allegados iniciara un rápido y nervioso regreso al Parlamento
