Moore ha compaginado su exitosa vida profesional con el activismo social. Está en un grupo cristiano de ayuda los más desfavorecidos, y en 1998, siendo aún una adolescente de 16 años, conoció la historia de Jonathan Irons, un hombre negro que cumplía sentencia por un robo a mano armada. Le habían condenado a 50 años. Se metió tanto en la situación que en 2019 anunció que se tomaba un año sabático del baloncesto para dedicarse totalmente a la preparación de las apelaciones de Irons. En marzo de este 2020, un juez revocó la pena.