Hace 5 años | Por ccguy a nuevatribuna.es
Publicado hace 5 años por ccguy a nuevatribuna.es

La necesidad de emplear un sumidero al alcantarillado para hacer desaparecer la sangre, probablemente también con la ayuda de mangueras para limpiar el piso de cemento, muestra gráficamente el horror y como las autoridades franquistas convirtieron aquel recodo del cementerio en un matadero de personas al aire libre funcionando a destajo. Como es de suponer, el vecindario limítrofe sintió alivió cuando las ejecuciones se trasladaron al Campo de Tiro de Carabanchel.