A su paso ha recogido todos los residuos plásticos que ha encontrado, y ha contrastado así el sentimiento de grandeza que le transmitían los paisajes pirenaicos y la tristeza por encontrar, por ejemplo, los restos de un “festín” a 2.500 metros de altura, con decenas de latas, bolsas de aperitivos y botellas. Hace ya varios años, mientras bordeaba la isla de Ibiza en un kayak, vio a un turista alemán recogiendo restos de basura en una playa y decidió entonces emprender este tipo de aventuras.
Comentarios
Las colillas tiradas en cualquier sitio dan mucho miedo también. Intento siempre que puedo escapar a algún sitio limpio en la naturaleza, y en todos los lugares acabo encontrado plásticos y colillas. Es evidente que es un problema muy grande, y aparte de la poca conciencia colectiva que existe al respecto ,me alucina que los ayuntamientos no tengan ningún plan de limpieza serio de los entornos naturales.
No creo que consiga mucho más que los que hacen el camino de Santiago, pero se ha hecho una pedazo de ruta que tiene que ser acojonante.