Echando la vista atrás, Moise sabe que le han mentido sobre Europa. Que no había posibilidades infinitas y que conseguir papeles no es sencillo. «Ahora mismo, esa es mi principal preocupación». En mayo acaba el curso de costura, y mientras espera una renovación de los documentos que le permiten residir en el país, mantiene la vista en un ansiado permiso de trabajo con el que pueda ganarse la vida en España. «En mi país siempre hay guerra o conflicto político, y alguien que nunca ha estado allí no puede entender la libertad que sentí aquí."
Comentarios
Menudo artículo de la gente de Bart, macho...
Si nos dedicamos a hacer estos reportajes de cada uno de los inmigrantes ilegales que intentan entrar en Europa y actuamos conmovidos por las emociones y las vísceras tenemos a toda África, parte de Sudamérica y Asia metida en dos días.
Este tipo de artículos que busca el "ooooy, pobrecitos" no sirven para absolutamente nada. ¿Qué esperan? ¿Que la gente diga "bueno, bueno. Es que son pobres y pasan penurias, que vengan los que quieran que hay sitio y trabajo para todos"? Eso no va a pasar jamás. Ahí tenemos a partidos de "ultra" derecha por Europa cada vez más crecidos porque otros imbéciles han permitido la inmigración masiva.
Si se quiere hacer algo hay que empezar por dejar de votar a los bastardos que permiten a multinacionales que unten a sus gobernantes y que aplaudan cada vez que los yanquis van a democratizar un país o a meter sus putas narices en asuntos internos ajenos. No ser cómplices con la papeleta de que hagan miserable la vida en países del tercermundo o en vías de desarrollo.
Próximo post, de Mena a violador.