“Estoy en un ferry de Baleària desde Ibiza a Barcelona. Han embarcado a unos diez hombres marroquíes – todos con una bolsa de una entidad social- de entre 25 y 40 años, todos con teléfono, casi todos con gafas de sol, aspecto saludable, alguno incluso con un cuerpo de gym y haciéndose fotos con el signo de victoria. Cuando lleguen a Barcelona se repartirán por las ciudades del entorno, entre ellas supongo que
#Badalona. Lo que ocurra después, con casi toda seguridad, la mayoría ya lo sabemos. Esto acabará como Francia antes que después”.