Es una de las medidas que más repiten los expertos para evitar el contagio. Todos inciden en su importancia por encima casi de cualquier otra, pero ¿por qué cambia tanto según el país o el lugar?
Yo siempre, desde toda la vida, he guardado una distancia de seguridad mucho mayor que lo que se considera normal en este país. Incluso la gente intenta colarse en las colas porque dejo dos metros o más de distancia y la persona que está detrás se pone a mi altura e intenta adelantarme. Lo malo es que la persona que está detrás se me pega. No hace mucho, antes del coronavirus, en la cola del supermercado, una chica se me pegó hasta tocarme y le llamé la atención, le dije que se metiera dentro de mi bolsillo, pero no es la primera vez que pasa, me ha pasado muchas veces. También una vez, guardando yo una distancia de dos metros con la persona que estaba delante, va una chica que estaba detrás, me pone las manos en la espalda y me empuja, vamos una pasada. Siendo tú un hombre ponle las manos en la espalda a una chica que está delante de ti a ver que pasa. Cuando hablo lo mismo, yo echándome un poco para atrás y la gente que está hablando conmigo acercándose más y más, desde siempre. No hace mucho, una chica que no conozco de nada que trabaja haciendo limpieza en la empresa va y me golpea sin querer con la escoba, me adelantó por un pasillo y me dio un palo en el hombro, pero nada, tocarme con el palo y va la tía y primero me pide perdón, le dije que no era nada y luego va, se tira sobre mí y me abraza a romperme las costillas, me quedé a cuadros. Hazle eso tú a una chica y vas a la cárcel.
Menos mal que ahora con el coronavirus voy al supermercado y la gente ya no se me acerca de esa forma y si se me acerca alguien mucho toso y se aparta diez metros o más.
Comentarios
Si es meneante, dos metros. Si es meneante del clan de los trifachitos, la distancia apropiada mínima es un campo de fútbol.
Yo siempre, desde toda la vida, he guardado una distancia de seguridad mucho mayor que lo que se considera normal en este país. Incluso la gente intenta colarse en las colas porque dejo dos metros o más de distancia y la persona que está detrás se pone a mi altura e intenta adelantarme. Lo malo es que la persona que está detrás se me pega. No hace mucho, antes del coronavirus, en la cola del supermercado, una chica se me pegó hasta tocarme y le llamé la atención, le dije que se metiera dentro de mi bolsillo, pero no es la primera vez que pasa, me ha pasado muchas veces. También una vez, guardando yo una distancia de dos metros con la persona que estaba delante, va una chica que estaba detrás, me pone las manos en la espalda y me empuja, vamos una pasada. Siendo tú un hombre ponle las manos en la espalda a una chica que está delante de ti a ver que pasa. Cuando hablo lo mismo, yo echándome un poco para atrás y la gente que está hablando conmigo acercándose más y más, desde siempre. No hace mucho, una chica que no conozco de nada que trabaja haciendo limpieza en la empresa va y me golpea sin querer con la escoba, me adelantó por un pasillo y me dio un palo en el hombro, pero nada, tocarme con el palo y va la tía y primero me pide perdón, le dije que no era nada y luego va, se tira sobre mí y me abraza a romperme las costillas, me quedé a cuadros. Hazle eso tú a una chica y vas a la cárcel.
Menos mal que ahora con el coronavirus voy al supermercado y la gente ya no se me acerca de esa forma y si se me acerca alguien mucho toso y se aparta diez metros o más.
Porque son los juegos coronavirus, y cada distancia tiene medalla.