Una de las cosas que me mueve a contestarle, es mi experiencia de veintitrés años en un país de mayoría musulmana como es la República de Malí. Allí hay musulmanes, pero no “moritos”, como usted les llama despectivamente. Yo he vivido en perfecta paz y armonía en una sociedad acogedora, plural, y donde las distintas religiones no fueron un motivo de conflicto.
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etiquetas: miguel gambín , carta , arzobispo , moritos
Te dejo el envío con un articulo muy relacionado con el tema. Y me parecería una pena que no llegara a portada: www.meneame.net/story/terraplanistas-crucero-eng
A mí me han acogido muy respetuosamente y no he visto esa violencia y ese odio.
Iluminame, por favor.
Porque si prohíbes una manifestación pública religiosa que utilice espacios públicos (como la de los musulmanes), sentarías precedente para prohibir cualquier otra, como las procesiones de Semana Santa, que también ocupan espacios públicos durante días.
No lo hacen por convicción moral, lo hacen por conveniencia. Como siempre.
Cualquiera que no sea un sinvergüenza debería renegar de esa organización.
Yo no creo en ninguna religión, no creo en ningún Dios, pero no me permito hablar de las creencias de otros de forma despectiva.
Tal vez deberías dejar esas ideas de lado y en lugar de acusar o señalar pasar a preguntar y comprender. Las mismas personas te dan la respuesta de porqué creen en eso, desde cuándo y cómo. No es tan difícil
Han sabido adaptarse a los tiempos,lo que es sorprendente.
Tampoco sabe qué todas las religiones que nacen en lo que conocemos como Oriente no tienen problemas ni con los dioses de otras religiones ni con que una persona tenga más de una religión. Ese problema de exclusividad ideológica lo tienen solo el Cristianismo y sus derivados.
De hecho uno de los principales errores que comenten es confundir a un musulmán con un islamista. Que es lo mismo que confundir a un sibarita con un vegano
Adjunto imagen del dios verdadero
Y simultáneamente, se descalifica a la inmigración que viene de países como Venezuela, porque vienen de vuelta y muy quemados del comunismo, y jamás van a votar a las izquierdas.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.